viernes, 12 de marzo de 2010

Hollywood, un poroto

Ella, argentina. El, yankee. Se conocieron en Seattle estando los dos de paso; ella se acercó a él una noche y, a la semana, el trabajo y la vida los obligaron a separarse.

Ella pasó por New Jersey, Grecia, Serbia, España y finalmente puso los pies en Australia. Y él, un poco por casualidad y otro tanto por causalidad, se asentó en el mismo país. Pero claro, como ésta no es una historia cliché, se instaló a cuatrohorasavión de distancia con la esperanza y la promesa de volverse a ver cuanto antes. Siglo de las comunicaciones, nunca dejaron de saber del otro.

Pasaron 6 meses y ella decidió pasar por Argentina a respirar familia y amigos por dos semanas. Para hacerlo, tuvo que hacer escala en la ciudad donde vivía el hombre en cuestión. Aferrándose al tiempo de conexión, él se aventuró en 2 horas hacia el aeropuerto para ver a ésta chica 50 minutos, tomar un café, darle un beso y coronar esos 7 días juntos y esos 6 meses de distancia.

Continuará…

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