lunes, 21 de junio de 2010

Culinario

Y de pronto, sin  darme cuenta y sin quererlo, estaba inmersa en una conversacion de la que no podía salir. Dos mujeres con sangre paterna (dato de color) se zambulleron en una charla del todo monótona y totalmente evitable donde yo me encontraba sentada en medio de ambas, capturada en un sillón sin salida. Tópico de la charla: las huertas caseras. Huertas caseras, oh por dios. A quien se le ocurre? Huertas caseras. Creo que es mas divertido hablar de la inflación o de la caca del nuevo sobrino. Pero no. Hablemos de mi facultad, dale. Un salamin con quesito, no? Viste que groso Higuain (?). No hubo caso.
Fueron exactamente siete minutos hablando del radiccio, de las habas y de como cultivar papas en un tacho. Juro que a Utilisima y al Gourmet le picaban las orejas.

Cosas que acoté: si, claro, tal cual, noo, enserio, mira vos.

Cosas que aprendí: algunas semillas no se pueden cultivar cerca de otras ( por que, no lo se), las mas "divertidas" crecen en el verano y es ideal hacerlas crecer en degrade.

Como escapé: de las formas mas clásicas - incontinencia urinaria, hambre, sed, llamado telefónico urgente - opte por una poco convencional: ir a la cocina a "darle una miradita" a  las empanadas.

Un pedido: no dejen que me convierta en eso. Gracias.

domingo, 20 de junio de 2010

Ballotage

Para ella, el amor podía estar en cualquier parte; ella lo esperaba sentadita en un colectivo, en un subte y mientras caminaba por la calle. Lo buscaba sin cesar, en un ascensor, en una cola de supermercado o en un banco. Buscaba miradas, buscaba corazones.

Ella esperaba que le arranquen el corazón, esperaba mariposas y besos de película. No esperaba un príncipe arriba de un caballo blanco, pero al menos, sentir fuegos artificiales y escalofríos.

Y en lugar de todo eso, se reencontró con el amor borracho y papelonero del año anterior. Amor que hablaba de más y que se desbordaba. Amor de dolores de cabeza y destiempos. Amor de noche mas que de día.

Y lo volvió a conocer así, rígido por fuera pero suave por dentro. De pocas palabras y muchos abrazos. De mas encuentros casuales que desencuentros forzosos.Y así con todo, le dio su corazón.

No fue amor a primera vista ni en el primer intento, fue de revancha, de volver a intentar y volver a querer.

De volver a elegir.