miércoles, 17 de noviembre de 2010

Miércoles 5 am

Pero claro, flaca, vos todavía vivís con tus viejos. Seguramente eso esta pensando el taxista.

Prueba uno, no abre. Prueba dos, tampoco. Prueba tres y la próxima tiro la puerta abajo. Carajo. No abre. Vuelvo a intentarlo, y nada. Lo miro al taxista con ojos compasivos y me hace un gestito de esta todo bien piba, pero apurate que son las 5 am.

El perro empieza a ladrar y los pajaritos se siguen despertando y yo, todavía, del lado de afuera con ganas de irme a dormir, un portón trabado y un taxista haciendo una practica vodoo.

Pero claro, flaca, vos todavía vivís con tus viejos y llegas a esta hora un martes. Que estuviste haciendo? Seguramente eso se esta preguntando el taxista.
Sigo luchando con la puerta y el perro ladra cada vez más fuerte. Me rindo, llamo a la vieja por teléfono. Vieja que, tres horas antes, me había escrito un mensaje diciendo, es muy tarde , donde estas, mañana quien te despierta. Baja la vieja. No puede abrir. El perro ladra y el taxista emite láser ocular. Baja el novio de la vieja. No puede abrir. La vieja se espanta, yo me río, el perro aúlla, el novio forcejea y el taxista se va.

Logro entrar. De donde venís, que buenas noches, que buen día, que a donde vas, que mira la hora, que mañana tenes que laburar, que después no te quejes, que rompiste el portón, que se rompió solo, que Fito callate, que quiero dormir.

Si, todavía vivo con mis viejos…