jueves, 29 de julio de 2010

Cerquita

Y eso que te tuve cerquita, eh. Bien bien cerquita desde el primer día. Tan cerca que podríamos haber vivido mas, conocido mas, hablado mas. Pero no.

A veces me siento a imaginar que hubiera pasado si desde instante que te vi en la terminal, nos hubiéramos dado cuenta de lo inseparable que somos. Pero no.

Tuvimos que esperar quince de veinte días entre sierras, caminatas, carpas y colectivos para vernos y darnos cuenta y desatar ese torbellino que todavía no somos capaces, ni podemos ni queremos frenar.

(Después nos alojó la ciudad y tu avión y esa maldita diferencia horaria)

A veces me siento a pensar como seria, que sería y quién serías vos y quién sería yo cuando finalmente nos tengamos cara a cara para volver a darnos cuenta.

Estoy existencial

Me pregunto si a Mirtha Legrand nunca le dieron ganas de ponerse una joggineta, una remera grandota y tirarse a almorzar mirando una pelicula pochoclera.

martes, 27 de julio de 2010

Too much etilico

Si mientras intentas levantarte a un pibe, le decis lo que pasa es que no soy normal, no soy normal... no te sorprendas si nunca mas aparece.

Jodete.

domingo, 18 de julio de 2010

Escupiendo un balance

Trabajo nuevo y toda la semana hola te presento a Clara ella va a trabajar con Andrés. Clara, mucho gusto, soy Carlos de Logística. Carlos, hola, me voy a olvidar de tu nombre en 5, 4, 3… Gente nueva y ambiente nuevo, maquina de café nueva pero la misma taza de siempre. Se saludan todos con un beso, uno por uno por uno y hay un Gustavo de Mantenimiento con mi mismo apellido que me pidió que nos sentáramos a ver la genealogía familiar. Si, claro, cuando quieras si es que no me traga la tierra en un instante fugaz.

Trabajo nuevo y trabajo solo a la mañana y nunca disfrute tanto cagarme de frio y el chiflete que entra por los guantes nuevos que ya rompí. El frío en la nariz, difícil de tapar, nariz colorada y de borracho, así me dicen en el laburo. Nariz borrachita. Bueno. Solo cuatro horas, cuatro, pasan volando y camino a la vuelta para casa. Mi casa. Mi lugar. Mi bunker. Cortázar, Scorsese y Hitchcock en mi cuarto, que lindo leer frente a la ventana, que lindo salir a tomar un café a las tres de la tarde. Parece una joda, parece irreal. Generación E dicen que pertenezco, de esos que dejan un laburo de mas guita, por otro mas choto para tener tiempo y hacer lo que les gusta. Generación E, nunca lo había escuchado, pero digo si, gano tiempo, gano vida y me cago en el sueldo y en esos que dicen que pertenezco a la generación de la tecnología carajo no se manejar un Ipod. Pero si eso es la Generación E, dejar guita por tiempo digo que si, que pertenezco y que brindo por ello.

Quiero escribir y no puedo. Un cuento, un cuentito, un conflicto necesito. Eso, empecemos por el conflicto y me desgarro el pensamiento y no fluye una idea. Mundo ordinario, mundo extraordinario y nuevo mundo. En que mundo estoy? Tal vez el más ordinario y me aburro. Pero pasa algo, siempre pasa algo y lo extra empieza a tomar lugar. Volvamos un conflicto, ey chchch conflicto por allí? Y la página sigue en blanco. Salgo a caminar, polar frio polar, y se me congelan las pocas ideas y vuelvo y página en blanco. Me da bronca, y me dan ganas de llorar, como cuesta escribir, pero como me gusta. Llorar, de eso voy a escribir. Un cuento sobre no poder llorar, de cómo llorar, de lo que cuesta llorar. Llorar. Hace un tiempo que no lloro. Ayer me dieron ganas escuchando Morcheeba pero reprimí.

Uf, cierto que me cortaste el rostro por mensaje, algo mas que irreal, surreal, eso que te digan no va mas y no te veo la cara nunca mas, porque me pase la ultima hora hablándole a una pantalla imaginándome tu expresión, tus ganas de evitar esa conversación que odias y por la que nunca quisiste pasar. Pero vos te diste a la fuga, bomba de humo y 1, 2, 3 out. De un momento a otro estaba sola, sin poder decirte, tal vez estaba sola mucho antes y no me di cuenta. Ceguera cerebral tal vez, no se. El fenómeno del corte, diría alguien, que cosa de locos. Del todo, a la nada. Del saber al no tener idea de imaginar y de desacostumbrarse a eso que parecía tal común, tan normal, tan de uno. De agarrar los pedacitos y empezar a recomponer. Empezar de nuevo. Me faltan ganas.

Llega el domingo y, claro, llueve y haces balance semanal. Balance, nunca hice balance pero el frio y la lluvia no me permiten salir y caminar y despejarme entonces cedo y digo: Balance.